Sana, sana

A través de la construcción y deconstrucción de imágenes hice un homenaje a los elementos naturales que en su día sirvieron de terapia para mí.

Unos meses antes de realizar el proyecto  atravesé unos meses en los que me resultaba  complicado apreciar lo bonito de la vida, todo se me hacía muy cuesta arriba y había días en el  que lo único bueno que recordaba al final del día era ese atardecer que había visto, o ese pequeño momento  frente del mar que me había recargado aunque solo fuese un poquito las pilas. 

Poco a poco entendí que la clave estaba en esas cosas pequeñitas, y poco a poco me fui fijando más en  todas esos detalles bonitos que recordaba al final del día y que me  ayudaron mucho para salir de la situación en la que me encontraba.

Cuando en la escuela donde estudié fotografía me propusieron este proyecto, pensé en todo esto y lo relacioné con la forma de curar, poco a  poco, con pequeños parches, pequeños fragmentos, y como es mi propia construcción como persona, formada de mucha otras cosas que me hacen ser yo. Hablar sobre naturaleza, algo tan libre pero tan equilibrado de una forma tan cuadriculado pero tan aleatoria como lo fue mi proyecto en todos los sentidos, un trabajo   donde escuché a mis emociones y las plasmé en imágenes.

Es un homenaje a algo que me llama, me sana y me llena, al igual que sucedió de alguna manera con este proyecto que acabó siendo toda una terapia, toda una sanción, todo un «Sana, Sana».